Yo podría sonar mas a una postura de defender el derecho de proponer el matrimonio como unión de un hombre y una mujer imponiendo inclusive mis creencias religiosas y que por ende, apoyo el derecho a tener en nuestra sociedad a la mejor familia y a que los niños se les demanden este derecho. Es más, también de ir únicamente a favor del matrimonio como la unión, insisto, de un hombre y una mujer y que el reconocimiento de la unión matrimonial entre homosexuales, en ese estilo particular de vida, sea mostrado a los niños como una opción más de vida, pero más que eso, es comprender algunos hechos antes de formularnos cualquier opinión pese al reconocimiento de los matrimonios homosexuales que ya se dio en la ciudad de México.
Hay leyes que nos rigen, en el marco de matrimonio, y que como sociedad es igual para todos y que han demostrado ser sumamente eficientes durante siglos. El homosexual claro que puede casarse con derechos y obligaciones tal cual lo hace el heterosexual, pero si el homosexual es limitado por estas leyes al exigir casarse con una persona de su mismo sexo, es entonces que un polígamo puede quejarse igualmente de discriminación al no dejarlo casarse con varias mujeres.
Una cosa es que se discrimine la práctica sexual de cualquier ciudadano y otra que se acepte experimentar con otro modelo social que pudiera poner en peligro a la familia y su generación y por consecuencia, la educación de los hijos.
Si un homosexual busca el amparo legal en el matrimonio, pues no hace falta, prácticamente todos los beneficios de un matrimonio como los bienes o herencias se legalizan con un contrato o acuerdos legales y éstos son presentados ante cualquier notario.
Si el fundamento de este movimiento hacia la legalización del matrimonio entre homosexuales no es solamente tener un amparo legal sino poder recibir en adopción a un niño y la sociedad cree que se pudiera permitir sólo el matrimonio sin adopción, es un error, si se legaliza el matrimonio incluirá siempre la adopción. Quien apoye una cosa estará apoyando, quiera o no, la otra, porque nuestro derecho permite adoptar conjuntamente a los cónyuges; una vez casados, ya son cónyuges, y pueden adoptar y así entonces las consecuencias que traerá en el terreno de parejas heterosexuales sería, por ejemplo, que los colegios enseñen la doctrina que las asociaciones homosexuales hayan dictado ya sea que, la unión no es contra natura, que habrá que experimentar en la sexualidad y saber qué sexo pudiera atraerles más y la posible intolerancia de aquellos que profesen su plena oposición al homosexualismo llevando consigo la discriminación de aquellos que estén a favor de lo que ya sería una ley y así entonces los intolerantes irían contra lo ya legislado; siendo así, dará entonces multas y penas de cárcel para quienes critiquen la actividad homosexual, se coartará la libertad de expresión e imaginemos si los líderes religiosos se oponen, como hasta ahora se ha hecho, se tendrían a muchos en la cárcel al negarles un matrimonio religioso.
En diciembre pasado la Ciudad de México se convirtió en la primera capital de América Latina que reconoce como matrimonio la unión de personas del mismo sexo, otorgándoles todas las obligaciones y derechos que corresponden, incluyendo el derecho a ser padres o madres adoptivos. Con 39 votos a favor y 20 en contra, los legisladores locales aprobaron una ley que permite que las parejas homosexuales adopten legalmente, y con ello adquieren todos los derechos que hasta hoy sólo tenía por indulgencia de su pareja, y adquieren también todas las obligaciones que ha cumplido a cabalidad sólo por convicción.
La mayoría de la izquierda en la Asamblea permitió que se aprobara una ley con la que apenas está de acuerdo el 29% de los capitalinos, debido precisamente al capítulo que se refiere al derecho de adopción. Esa aprobación cae al 22% cuando se pregunta a nivel nacional.
Tras su aprobación, las reacciones contrarias a la nueva ley, que entrará en vigor en marzo, no se hicieron esperar. Descalificaciones provenientes tanto de las más altas esferas de la Iglesia Católica, como de pastores protestantes, partidos políticos conservadores y hasta conductores de televisión han llenado los espacios informativos en México.
La posición de la Iglesia es defender el matrimonio natural, entendido como la unión entre el hombre y la mujer. Dice entonces la iglesia que toda ley propuesta tiene razón de ser en cuanto es conforme a la ley natural, moral, reconocida por la recta razón, y que respeta los derechos inalienables de toda persona; esta ley no está conforme a la ley natural.
…AHI SE LOS DEJO!
Brother, te voy a hacer algunas precisiones, porque en temas tan delicados como este o eres preciso o estas condenado a la descalificación.
ResponderEliminarPara adoptar a una persona, la ley no pide que estés casado, es más, este es precisamente el engaño que se manejó pero la realidad legal es que una persona soltera mayor de edad tiene la capacidad de adoptar si cumple con ciertos requisitos, por lo que no existe una limitante legal para que los homosexuales adopten.
Tampoco es cierto que los homosexuales puedan acceder, ya vía contractual, ya vía las sociedades de convivencia, a todos los derechos y obligaciones de carácter económico que acarrea el matrimonio. El ejemplo mas claro son las prestaciones de seguridad social que otorgan el IMSS y el ISSSTE, las cuales solo pueden ser adquiridas vía el matrimonio. Sin embargo, en este supuesto, también han engañado a la comunidad lesbico-Gey ya que el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo aprobado en el Código Civil del D.F., no aplican en materia de seguridad social ya que las leyes del IMSS y del ISSSTE aplican supletoriamente el Código Civil Federal.
La realidad es que para defender este tipo de temas no te puedes ir por los juicios de carácter subjetivo. Quienes defienden la institución del matrimonio y la adopción heterosexual no pueden limitar su argumentación a que la homosexualidad es antinatura. De hecho ese ha sido el gran problema que la sociedad mexicana enfrenta, ya que los defensores de temas como estos o como el aborto o la eutanacia son gente muy limitada intelectualmente como el Presidente de PROVIDA, mientras que quienes defienden la otra postura, es gente que estudia y argumenta.
Por mi parte, lo único que me molesta de esta reforma es que se le llame matrimonio a algo que no lo es. Era mucho mas conveniente para la comunidad lesbico-gey que se estableciera en el Código Civil del D.F. una disposición que señalara que cuando una Ley hace referencia al matrimonio, se debe de entender incluido en ese término a las sociedades de convivencia. Esto era lo técnicamente correcto pero no hubiera vendido políticamente nada.
Y por lo que se refiere a la adopción, ya está claro que no hay limitante para que un homosexual adopte un niño, por tanto, me parece que hasta en tanto no existan estudios que indiquen claramente que un niño podría ser afectado psicologicamente por tener un padre o una madre homosexual, creo que no existe justificación para limitar este derecho tanto del niño como de los homosexuales. Habiendo tantos matrimonios o heterosexuales que arruinan moral y psicologicamente a los niños de hoy, no encuentro la razón para limitar este derecho por la preferencia sexual.
Gracias por tus comentarios y haberte tomado el tiempo. Apoyo y bien dicho, lo que aquí dices; yo desarrollo este tema para que se consideren otros asuntos de impacto dentro del matrimonio y la sociedad y el asunto del IMSS e ISSSTE, como prestación social, es claro por eso especifiqué que "practicamente" todos los beneficios del matrimonio se pueden legalizar con un contrato. El juicio y acción que se tome ante este tema, deberá ser considerado por todas las partes ante el reconocimiento de una recta razón.
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